jueves, 3 de septiembre de 2009

Creando el espacio Mágico



En uno de mis sueños lúcidos hace, más o menos, 7 años me hallaba haciendo postraciones (una práctica preliminar en el Budismo Tibetano de la Tradición Vajrayana) en las cuatro direcciones, como si estuviera en el centro de un tablero de ajedrez; y en cada punto hacia el que me postraba había un ser, que imagino, era un ser iluminado, un buda. Fue un sueño muy psicodélico, pero apenas ahora entiendo que en mi sueño estaba estableciendo mi propio espacio sagrado. A pesar de que hace unos cuatro años, cuando viajé con el Lama a Alemania y Dinamarca y lo vi realizar una ceremonia en la que llamaba a los seres iluminados de los cuatro puntos cardinales para bendecir la apertura de un centro budista. Sin embargo, ha sido recientemente, cuando he comprendido que en los sueños estamos viviendo una realidad paralela y que allí también podemos crear ese espacio Mágico y sagrado para establecer nuestro vínculo con la Diosa.

La creación de los Espacios Sagrados es una tradición tan antigua que se pierde en la noche de los tiempos. Las tradiciones chamánicas, los rituales de los Lamas tibetanos, todos los sanadores y los trabajadores de la Luz con maestría, llevan a cabo esta práctica de crear un espacio sagrado como inicio a su trabajo espiritual.

En la página Spirit of Maat encontré un artículo acerca de la creación del espacio sagrado y entonces, todo encajó, mi sueño tenía sentido, más allá de mis prácticas de postraciones. Yo estaba reverenciando las energías iluminadas de todas las direcciones, invitándoles en mi sueño a crear ese espacio sagrado. Y recuerdo vagamente, que una de ellas tenía la forma que me pareció percibir con una trompa de elefante (similar a Ganesha, la Diosa hindú).


La autora del artículo sobre la creación de los espacios sagrados cuenta que “Crear un espacio sagrado es una de esas cosas que todos los trabajadores de la luz y sanadores deberían conocer (…) Yo invoco al Sur, Oeste, Norte, Este, Abajo, Arriba y al Centro, de la forma como se mueven las manecillas del reloj, para crear mi círculo. Invoco a mis ancestros, guías, Ser Superior, ángeles, elementales, animales de poder, y todas mis relaciones sobre la Tierra. Cada dirección tiene su propósito, es personalidad, es elemento y es don. En lugar de decirte exactamente cómo hacerlo, te invito a que asistas a ceremonias y lo recibas en vivo. El proceso varía de tradición en tradición y encontrando lo que resuena para ti lo hace real. Los pueblos indígenas de todas las razas lo han usado (…).

Cuando llamé en cada dirección, pude ver un fuerte campo de energía venir y formar una barrera energética a cada lado mío. Me paré en el centro del círculo y se me mostró que estaba parada en el lugar del no tiempo. Puedes también casi pensar en esto como si el universo se moviera como un huracán, y luego de repente, con una orden tuya, creas una esfera de espacio que está totalmente quieto, sin ser afectado por este movimiento, casi como Moisés partió el Mar Rojo, y casi siendo el ojo de la tormenta. Estás parado como el centro, tú eres el centro del universo; fuera de tiempo, en un entorno controlado. Estás al mismo tiempo totalmente quieto y moviéndote más rápido de lo que el ojo puede ver. Te vuelves indetectable. Ni Verizon Wireless te podría encontrar allí. Sólo aquellos seres que invocas pueden entrar. Es un lugar fabuloso para estar.

Cuando haces trabajo de espíritu, tus chakras se abren ampliamente, tu campo áurico se expande para percibir dimensiones más allá de la 3D, y te vuelves accesible a esas dimensiones también. Cuando has terminado tu ceremonia o trabajo de sanación, necesitas liberar a las direcciones de la forma contraria a las manecillas del reloj y cerrar el espacio sagrado. Esto es porque el sagrado espacio necesita tu intención de mantener su integridad. Si solamente dejas el espacio colgando después de que te vas, entonces puede quedar energéticamente desordenado. Con el tiempo probablemente se corregirá a sí mismo, pero existe el peligro de dejar abiertos agujeros energéticos. También, necesitas dejar que tus huéspedes regresen a casa. ¡Se puede decir que es una falta de respeto que no los dejes oficialmente ir!” (1).


Los chamanes tienen en sus ceremonias formas similares de convocar a los espíritus propicios a su ritual, de ese modo crean el espacio mágico para reunir las energías que liberen o transmuten las condiciones necesarias. En la lectura de los arcanos mayores mi ritual particular consiste en crear un ambiente con inciencos y luces tenues, ayudada por las llamas de algunas velas; música suave de cuencos o campanas y en ese ambiente de quietud, tornar la mirada hacia el interior, a través de la respiración y la visualización. En ese espacio interior pido la guía de mi angel guardian Anastrela, para que me guíe y me oriente en la búsqueda de los caminos que ayudarán a aquellos que la consultan, a encontrar la resolución a sus dificultades más inmediatas.

Aquí el espacio sagrado nace en el corazón, a partir de la visualización y del estado de pensamiento alfa. La creación del espacio sagrado exterior acompaña estas energías superiores para que puedan albergarla temporalmente, durante el tiempo que dure la ceremonia o el ritual de sanación.


Entre los practicantes del chamanismo estos espacios se suelen denominar Círculos de Medicina, Ruedas de Armonía o Círculos Sagrados de Sanación. Estas construcciones suelen ser circulares y contienen un fuerte contenido simbólico. El círculo en sí mismo simboliza la Unidad y la Totalidad y ha sido frecuentemente, utilizado como herramienta de sanación. Estos círculos están formados por dos partes esenciales: la circunferencia y los cuatro puntos cardinales; que simbolizan las fases de la naturaleza y el ser humano. Juntos, el círculo y las cuatro dimensiones representan la búsqueda del equilibrio y la totalidad, entre el hombre y la naturaleza. También cumplen una función protectora en el ritual, que permite penetrar en ese espacio únicamente a las energías afines con los propósitos ceremoniales.


Todavía se pueden encontrar restos arqueológicos de antiguos Círculos Sagrados, como los que existen en Stonehenge, que data de unos 5000 años de antigüedad y se conoce como centro ceremonial de los antiguos magos celtas, los druidas. En la tradición de los celtas se conoce también el Círculo de los druidas donde se creaban energías armónicas entre los indígenas de los pueblos celtíberos y las fuerzas telúricas de la Madre Tierra, también orientados en las cuatro direcciones del espacio, como símbolos de las Cuatro Razas Madre.


Los mandalas, palabra que en sánscrito significa también, círculo, es una forma simbólica en la que se representan círculos sagrados y forman parte de la cosmovisión de las disitinas culturas ancestrales de la tierra. La creación de estos mandalas requiere instrospección y al mismo tiempo, la creación de ese espacio interior de meditación y encuentro con lo sagrado. Los Circulos de Mujeres en las Tradiciones chamánicas, cuentan con ese espacio conocido como Círculo Sagrado de la Medicina o también, Círculo de las Abuelas y Abuelos Sabios; una tradición transmitida por vía oral de generación en generación, entre las tribus autóctonas del continente americano, y en algunas zonas de Eurasia; donde se trabaja sobretodo un proceso de sanación integral en danzas o manifestaciones artísticas.


Notas:
(1) Extraído de la página Spirit of Maat

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