domingo, 26 de julio de 2009

Orígenes del Tarot




“El mundo es un lenguaje divino para aquellos que saben comprenderlo”. René Guenón expresa con estas palabras el poder del símbolo en el lenguaje y me permite de esta manera reivindicar mi propia percepción de la realidad que nos rodea. En el estudio del Tarot como oráculo y como camino existen muchos elementos dispersos a investigar, pero el más importante es uno mismo; el estudio de sí mismo, como nos recomendaba Heráclito.


En sus orígenes hipotéticos, muchos autores de la antigüedad y de la actualidad atribuyen las raíces del Tarot al ritual iniciático egipcio. Autores como Jean Batiste Alliette y Court de Gébelin defendían la idea de que el Tarot había nacido a partir del ritual de iniciación en los templos egipcios; los adeptos de las enseñanzas de Thot eran iniciados en su vasto conocimiento a través de unas imágenes que se encontrarían presumiblemente, en el interior de los templos en Hermópolis, la ciudad del dios Thot. Estás imágenes que los sacerdotes de Thot conminaban a los adeptos a estudiar, se hallaban, cada una, en medio de dos columnas; once del lado norte del templo y otras once del lado sur. En total, contaban 22 imágenes que de acuerdo con Gébelin y Alliette, corresponderían con los triunfos mayores del Tarot. Así, las veintidós figuras que corresponden a los arcanos mayores del Tarot que hoy conocemos, podrían provenir, a partir de ciertas variaciones, de estos rituales de iniciación en los misterios del dios Thot.



De allí surge en la leyenda el famoso Libro de Thot que se cree contenía entre otras muchas cosas, los hechizos y palabras de poder que el dios Thot transmitía a sus adeptos y el fundamento de estos rituales sobre los que posiblemente, descansa el origen del Tarot. El primer indicio que se conoce en la historia sobre el libro de Thot proviene del Papiro de Turis. En él se narra el presunto intento de asesinato de un faraón, mediante las artes y los hechizos del libro de Thot. De acuerdo con el testimonio de este papiro, el faraón ordenó ejecutar a todos los participantes en la conspiración contra su persona, y quemar el mencionado libro. Pero otra evidencia arqueológica, proveniente también de Egipto, parece contradecir el testimonio del papiro de Turis. Se trata de la estela de Meternich, que data del siglo IV antes de nuestra era. La estela narra la historia de Isis y Horus y los siete escorpiones, allí el dios Thot dio a Isis la cura para contrarrestar la picadura mortal de los escorpiones y salvar al pequeño Horus; además el mismo dios Thot narra cómo destruyó su libro donde se hallaban por escrito todos los hechizos y artes mágicas de las cuales era maestro.



La leyenda sigue atribuyendo al libro de Thot poderes sobrenaturales y orígenes míticos; se cree que era la quintaesencia de la sabiduría de la civilización perdida de los atlantes; un libro en extremo peligroso pues se creía que su contenido ofrecía la magia para alcanzar un enorme poder e incluso, conquistar el mundo. A lo largo de la historia muchos han afirmado haber tenido acceso a los conocimientos e incluso, a fragmentos del famoso Libro de Thot, pero nada de esto se ha podido probar. Finalmente, comenzó a extenderse la creencia de que el libro de Thot era en realidad, el contenido y significado de los 22 arcanos del Tarot.



En el antiguo Egipto existía la costumbre de guardar los objetos de gran valor en arcas. Algunos libros como el libro de Thot tenían un considerable valor por los secretos que contenían, por ello se guardaban en el interior de estas arcas, junto con joyas y objetos litúrgicos dedicados a los dioses. La palabra arcano deriva como referencia, de estos secretos valiosos guardados en un arca.



Pero al Tarot se le atribuyen muchas otras filiaciones, como la khábala hebrea, por su nomenclatura numérica relacionada con las cuatro letras del nombre de Yahvé y los cuatro palos de la baraja de arcanos menores y otros números. Se conoce que los cabalistas tenían una especial devoción hacia los números, que para ellos constituían entes vivientes. Y esto los relaciona directamente con los pitagóricos que consideraban que el principio del todo, el logos viviente era el número.


Aquí se encuentra una relación triangular clara. La khábala se interpreta a través del Árbol de la Vida; una tradición hermética, es decir egipcia (Hermes es un nombre griego otorgado al dios Thot), cuyo estudio permite al ser humano equilibrar su mundo interior, y que integra khábala, metafísica y tarot. También se conoce que Pitágoras recibió iniciaciones en los antiguos misterios iniciáticos de la ciudad de Heliópolis, ciudad donde también se practicaban los rituales inciáticos del dios Thot, durante su estancia en Egipto, que luego transmitió a sus seguidores en Crotona, Italia, alrededor del siglo VI antes de nuestra era. Va a ser aproximadamente por la misma época de la estela de Meternich.

Desde aquí proviene presumiblemente toda una tradición en los antiguos misterios iniciáticos que desde Thot pasaron a Isis, de Egipto pasaron a Grecia, por los pitagóricos y de Grecia al resto de occidente mediante los rituales eleusinos.



Lo cierto es que no queda claro si el Tarot en sí mismo se originó en Egipto, como parte del ritual iniciático del dios Thot, o fue un derivado de los pitagóricos, que siglos más tarde durante el renacimiento, llegó a Europa a través de las migraciones de las tribus de gitanos, desde Oriente, transformándose en la imaginería y simbología renacentista, heredera de Oriente.

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