lunes, 27 de julio de 2009

La Fuerza Parte II. Tarot y Kundalini







La aparición de la Fuerza como un nuevo arcano en la baraja del Tarot de Marsella de Fournier, le da una connotación especial a los acontecimientos en estos momentos. Su influencia se prolonga más allá del primer encuentro. La lectura ha permitido ahondar en el simbolismo del arcano. Pero en mi propia búsqueda y estudio sobre kundalini, comienzo a encontrar conexiones más profundas de este arcano con el proceso de autoliberación.

La Fuerza contiene con sus manos las fauces abiertas del león que se apoya sobre su regazo. Curiosamente; y esto viene en continuidad del arcano del Mago, a la altura del chackra raíz o muladhara; la base de los instintos. No hay resistencia por parte del león, cuya simbología encontré más explícita en el libro de Gloria Garrido, el Tarot todas las tiradas e interpretaciones. Aunque el enfoque de este libro no es el que me interesa, la simbología se encuentra aquí muy bien reflejada en las imágenes del arcano de la Fuerza y el Mago.

El león en la simbología de este arcano, representa las pasiones primitivas, el salvajismo, los instintos más primarios del ser humano. Se puede encontrar en esta carta muchas más correspondencias, a medida que pasan los días, de las que se pueden ver cuando aparece por primera vez.

Encuentro esa tensión entre contrarios de forma evidente. Pero aquí se vislumbra con claridad que es una tensión sin esfuerzo. La tensión está presente, porque hay una acción; pero en realidad, la acción se realiza desde el centro del corazón, con amor incondicional, y también con coraje. Coraje es la palabra clave que utiliza en su libro Gloria Garrido para describir este arcano.

Esa tensión entre opuestos, que se ha convertido en la Fuerza, en la armonía entre opuestos de Heráclito. Continúo estudiando al efesio, pues es parte de mi instrucción y aprendizaje, y no puedo dejar de maravillarme de las simultaneidades que representan el Arcano de la Fuerza con todos estos conocimientos que estoy recogiendo.

En el libro de Ahinsa Lara Rivera, La Sanación con el Tarot, nos recuerda que la aplicación de este arcano en meditación transforma la energía libidinal e instintiva en energía espiritual; y esto, no por casualidad tiene cierta similitud con el ascenso de kundalini en la práctica del yoga.

Desde hace algún tiempo estoy practicando una serie de asanas del yoga kundalini. Lo curioso es que a través de la información que estoy adquiriendo con el estudio y la práctica, muchos, sino la mayoría de los ejercicios que solía practicar en el gimnasio pertenecen al yoga kundalini; incluso la profesora hacía hincapié en que las prácticas eran en su mayoría, conducentes al despertar de la energía femenina en el cuerpo.

De manera que entre otras muchas claves, la aparición de la Fuerza me está mostrando claramente, que estoy en medio de un período de adiestramiento espiritual, que no me es desconocido; puesto que Anastrela ha estado conduciéndome hasta aquí en todos sus esfuerzos e instrucciones. Y este proceso encuentra mayor coherencia en cuanto veo que el propósito converge hacia la emergencia de la energía femenina, la energía de la Diosa, Shakti o la serpiente kundalini.

No es casual. Tampoco es novedoso. Probablemente, aunque en este instante no pueda vislumbrarlo con claridad, toda mi vida el camino ha ido en esta dirección, el encuentro con la Diosa. Sé que no es casual porque yo misma la he estado buscando de muchas maneras, poéticamente, creativamente, en mis ensoñaciones. Y ahora que Anastrela ha aparecido y permanece de manera casi constante instruyéndome, mi tendencia hacia el encuentro con la Diosa es cada vez más evidente, no se trata de una búsqueda azarosa, es el fruto de una intención que partió de mí misma, conciente o inconscientemente.

Está claro que éste no es un trabajo fácil, que se haga en dos días y comprendo que no tiene el mismo ritmo de completitud que los procesos regulares y racionales a los que la mente está acostumbrada. Aunque no tenga ni la más ligera idea de cómo puede llevarse a cabo, dentro de mí reposa la confianza en que este proceso se llevará a cabo según su justa medida.

Recuerdo claramente el vivo interés que despertó en mí cierto libro sobre el Tantra, durante la época de los últimos dos años que viví en Sevilla. Luego, un par de años después volví a encontrar ese libro en Caracas, en una antigua librería de Sábana Grande, pero aunque pude comprarlo en aquel momento, no lo hice; supongo que todo tiene su tiempo. No hay prisas, todo proceso se cumple, como recuerda Heráclito, “...siempre fue, es y será, fuego siempre vivo, (Logos), que se apaga y enciende según medida”.

La velocidad con la que se revelan las sincronicidades supera mi capacidad para expresarlas. Estaba terminando de leerme los extractos sobre kundalini del libro titulado Tantra la sexualidad sacralizada. Mientras lo leía me llamó poderosamente la atención los estados físicos y psíquicos que el autor; que más adelante descubrí es un autor indio de Nombre Daniel Oran, describe en su libro. Me sorprendía todo ese proceso que el autor describía con tanta claridad, pero una idea original surgió en mi mente. El autor era un hombre, cuando se refería a determinados síntomas del surgimiento de la kundalini en su cuerpo se estaba refiriendo a su órgano sexual masculino y a su esperma. Entonces intuitivamente, debo decir, llegué a la conclusión de que la energía de la Kundalini debía de manifestarse de otra forma distinta en la mujer y recordé eso sobre lo que los Lamas siempre hacían hincapié, la diferencia estructural entre el hombre y la mujer.

No podía pasar por alto esta diferencia tan fundamental. Empecé a buscar este libro, y encontré otro parecido, luego recordé aquel libro que en Sevilla, cuyo autor es Andre Van Lysebeth, comencé a leer sobre el Tantra y todo comenzó a ir encajando. Entonces, un buen día terminé por encontrar una página en internet, la Comunidad de la Diosa Dorada. La que escribe es una mujer y la experiencia que cuenta es la suya propia. Entonces comencé a leer que las manifestaciones de la Kundalini en ella no estaban asociadas al órgano sexual femenino.

Esto no me sorprendió tanto como esperaba y más adelante encontré: “... Kata Román descubrió... una vibración en su pecho, en el año 2002 (después de doce años de práctica tántrica)... la energía kundalini no despierta en uno de los huesos coxígeos, es posible... que la kundalini en la mujer se encienda en otro sitio diferente al hombre... Años después tiene un brote más fuerte en el pecho, tiene un encuentro con un maestro tántrico de la Vía tántrica Kaula de la India; quiere compartir con él su descubrimiento... El linaje de este maestro enseña que la vía de la Kundalini en la mujer le viene en el pecho. La tradición tántrica de este maestro es un Linaje de Mujeres que se remonta a la época de los mahasiddhas; cuya enseñanza es la sabiduría ancestral del Tantra transmitido por vía oral, conocido también como la vía absoluta o la Escuela del Corazón”.

Una de las primeras percepciones que recibí del arcano la Fuerza, fue justamente que se trataba de una vía del corazón. Gloria Garrido describe en su libro que el arcano de la Fuerza se refiere a la acción, desde el amor incondicional; es decir, la acción desde el corazón. Las sincronías no pueden ser más evidentes. La fuerza sin tensión ejercida por los brazos que sostienen las mandíbulas del león, parte directamente del corazón de la mujer. Durante las prácticas de yoga, hay una postura en particular en la que permanecemos de pie, con las piernas separadas y los brazos extendidos, la profesora nos pide que visualicemos una energía dorada que parte de nuestro corazón y se difunde por nuestros brazos. Aunque nadie nos diga nada sobre esta energía, resulta evidente que la energía dorada que parte del corazón, al menos en la mujer, es la energía de kundalini.

Hace poco me fui a hacer sungazing y meditar en una colina junto a un árbol en el Templo de Debod. Escogí este lugar, este día, puesto que me pareció mucho más tranquilo y menos concurrido en domingo que el Retiro, que es a donde he estado yendo prácticamente toda la semana, a meditar en Tara verde. Lo cierto es que mi decisión de meditar allí no pudo ser más acertada. Ese día, en aquel lugar, me sentí en contacto con la Madre Tierra, sentí un amor profundo e incondicional hacia ella y hacia todos los seres que ella sostiene. Me sentí en paz en mi corazón y así, en ese estado, comencé a meditar en Tara verde. Fue una meditación de apertura y de recibimiento del amor y la energía total de la diosa. Salí de esa meditación con una enorme felicidad en mi corazón, que me acompañó durante todo el día hasta la noche, sin interrupción. Con una claridad y una sensación de estar y ser sin ninguna duda, en el universo. Algo que ciertamente, no se puede describir del todo con palabras.

Pero lo más importante es que todas estas sensaciones y emociones, surgían como un chorro de agua viva desde el centro de mi corazón. La expresión de ese torrente de amor ha disminuido un poco, pero sigue ahí esa sensación de amor incondicional. Yo sé que sólo es cuestión de tornar mi atención hacia la diosa y en seguida, surgirá, sin ningún esfuerzo ni preocupación. Y por la noche, ese mismo día tuve una especie de cosquilleo allí en mi corazón, en el órgano de mi corazón; como cuando vas a explotar de gozo en un orgasmo de felicidad. Pero todavía no explotaba; supongo que yo tenía todavía un poco de miedo, y lo contenía. No sé si es una manifestación del acercamiento de la kundalini; yo casi podría decir que sí. Una respuesta o preanuncio de la emergencia de la diosa desde el fondo de mi corazón.

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